Uno tiene que gustarse a sí mismo antes de poder gustar a otros. En igual sentido, si uno no se conoce, no se controla, no tiene dominio de sí, es muy difícil que se guste, salvo por sugestión y de un modo breve y superficial. El verdadero autorrespeto proviene del dominio de sí, de la verdadera independencia. Y eso es lo que se trabaja con el primer, segundo y tercer hábito. La independencia es un logro. La interdependencia sólo está al alcance de la gente independiente. A menos que se haya conseguido una independencia real, es inútil que tratemos de desarrollar habilidades para las relaciones humanas sanas.
Hay seis depósitos fundamentales capaces de construir lo que Stephen Covey en su libro “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva” llama una “cuenta bancaria emocional” sana:
1.- Comprender al individuo: procurar realmente comprender, de verdad, a la otra persona.
2.– Prestar atención a las pequeñas cosas: las pequeñas bondades y atenciones son muy importantes. Las pequeñas asperezas, o faltas de respeto tienen impacto importante.
3.- Mantener los compromisos: las promesas o compromisos son depósitos de suma importancia. El reintegro de más peso es probablemente el hacer una promesa y luego no cumplirla.
4.- Aclarar las expectativas, explicarlas, lo que significa para nosotros, que no tiene porqué ser la misma interpretación de la otra persona.
5.- Demostrar la integridad personal. Consiste en decir la verdad y también en adecuar nuestras palabras a la realidad, mantener las promesas y satisfacer las expectativas. Y además consiste en ser leales con los que no están presentes.
6.- Disculparse sinceramente cuando se realiza un reintegro. Pedir perdón cuando nos hemos equivocado y hacerlo sinceramente.
4. CUARTO HÁBITO: Busca que todos ganen
El paradigma de ganar/ganar es buscar constantemente el beneficio mutuo en todas las interacciones humanas. Significa que los acuerdos o soluciones sean mutuamente satisfactorios, que las dos partes de sientas bien por el acuerdo al que se llegue. Consiste en ver la vida como un escenario cooperativo, no competitivo. Para ello hay que mantenerse firme en que si no se encuentra este escenario ganar/ganar no hay trato.
Para conseguir el acuerdo ganar/ganar se necesita liderazgo interpersonal. Esto requiere la visión, la iniciativa proactiva y la seguridad, la guía, la sabiduría y el poder que proviene de un liderazgo personal centrado en principios.
Implica además:
- Carácter: ser firme en nuestras decisiones y actuaciones, ser consecuente con nuestros actos.
- Integridad: tener claro los principios éticos que son la base de nuestro comportamiento y actuar de forma coherente con ellos.
- Madurez: mantener el equilibrio entre coraje y consideración.
- Mentalidad de abundancia: confiar en que en el mundo hay mucho para todos.
- Relaciones: fomentar las interacciones interpersonales de forma constructiva con los demás.
- Acuerdos: intentar llegar a acuerdos colaborativos con los demás, buscando el resultado que beneficie a las partes.
- Procesos: la clave de la negociación de principios consiste en separar la persona y el problema, en centrarse en los intereses y no en las posiciones, en ideas opciones para la ganancia mutua y en insistir en criterios objetivos, alguna norma o principio externos que ambas partes puedan compartir.