el pensamiento divergente

Hoy trataremos una competencia de la inteligencia intrapersonal, que es la capacidad de pensamiento divergente o pensamiento lateral, que permite relacionar ideas y procesos de forma creativa, para encontrar distintas alternativas a la resolución de un problema.

Este pensamiento se enfoca en la búsqueda de nuevas soluciones creativas ante diferentes problemas, saliendo de las ideas estándar o más normales.

El pensamiento divergente frente al pensamiento convergente

Así, el pensamiento divergente sería el opuesto al pensamiento convergente, que busca solucionar los problemas a través de pasos predeterminados y contemplando una única solución. El pensamiento convergente se caracteriza por el uso de la razón, la lógica y la experiencia. El pensamiento convergente ocurre principalmente en el hemisferio izquierdo del cerebro, (lógico, analítico, racional).

En cambio, el pensamiento divergente ocurre en el hemisferio derecho del cerebro, (imaginativo, creativo) y para ello primero se tienen que abandonar las ideas previas concebidas. El pensamiento divergente es el que impulsa una forma de pensar diferente y creativa.

El pensamiento divergente está relacionado por tanto con otras competencias de la inteligencia emocional vistas anteriormente como la flexibilidad, la creatividad, la búsqueda de soluciones y la curiosidad.

Impulsa tu pensamiento divergente

Características del pensamiento divergente:

1- Se trata de un pensamiento flexible, donde surgen diferentes alternativas.
2- Incentiva la creatividad y la originalidad.
3- Es particularmente conveniente cuando queremos encontrar soluciones nuevas e innovadoras a ciertos problemas o situaciones, (pensar “fuera de la caja”, es decir, fuera de lo “establecido” o esperable).

¿CÓMO PUEDO IR DESARROLLANDO MI PENSAMIENTO DIVERGENTE?

Este tipo de pensamiento es muy común en los niños, aunque esto no implica que los adultos no podamos entrenarlo y potenciarlo. Para ello nos centraremos en:

1) Fomentar nuestra fluidez: producir gran número de ideas.
2) Fomentar nuestra flexibilidad: crear ideas variadas basándonos en diversos campos de conocimiento.
3) Fomentar nuestra originalidad: crear ideas innovadoras.
4) Fomentar nuestra elaboración: mejorar nuestras ideas, para desarrollarlas con más sofisticación.

Os propongo dos tipos de ejercicios para desarrollar el pensamiento divergente:

• Ejercicios de Sinéctica

La palabra «sinéctica» expresa un concepto del inventor y psicólogo William Gordon. Le vino a la mente mientras trabajaba con el Grupo de Diseño de Inventos de la firma Arthur Little de Estados Unidos de América.

Según su creador, el nombre alude al proceso creativo como actividad mental desarrollada en aquellas situaciones donde se plantean y se resuelven problemas, con el resultado de invenciones artísticas o técnicas.

Básicamente se refiere a la capacidad de hallar uniones y relaciones entre conceptos, objetos e ideas que en apariencia no tienen unión alguna. Este ejercicio requiere de una alta actividad mental y lo podemos ejercitar a diario.

Por ejemplo:
1-¿Qué puedo hacer con una pinza de tender y una cuchara?
2-¿Qué relación podría haber entre la pirámide de Giza en Egipto y el Empire State de Nueva York?
3-¿Qué usos puedo darle a un clip que no sea su uso habitual?
4-¿Qué conexión podría haber entre el volcán Teide y el Monte Everest?

• Ejercicios con la Técnica Scamper

Así, es una técnica propuesta por Alex Osborn en 1953 y desarrollada por Bob Eberle en 1971 en su libro «SCAMPER: Juegos para el desarrollo de la imaginación«. Combina métodos como es el de “lluvias de ideas” y consiste en la aplicación secuencial de una serie de preguntas sobre el problema o tema sobre el que se quiere pensar. Formulando las preguntas sobre cada paso y estudiando las ideas que emergen se estimula la generación de ideas creativas.

Usemos estas preguntas “filtro” en un ejemplo. Imagina que queremos generar una idea diferente para nuestras vacaciones.

S: ¿Sustituir? Sustituye algún elemento de esa idea por otro (¿qué podemos cambiar de nuestra manera de emplear nuestras vacaciones? ¿Y de nuestra forma de aprender?).
C: ¿Combinar? Ahora combínalas todas (¿qué podemos hacer para aprender algo nuevo en nuestras vacaciones?).
A: ¿Adaptar? Adáptalas (¿qué hacen en otros países para aprender divirtiéndose?).
M: ¿Modificar? Modifícalas (¿cómo aprender y disfrutar?).
P: ¿Utilizar para otros usos? Dales otros usos (¿qué hay en mis vacaciones que pueda hacer algo nuevo que no sé hacer?).
E: ¿Eliminar o reducir al mínimo? Elimina alguna (¿y si dedicara un tiempo cada día de mis vacaciones a un nuevo hobby?).
R: ¿Reordenar o invertir? Reforma (¿qué pasaría si me atreviera a…?).

“Acuérdate de seguir desarrollando tu talento para alcanzar tu mejor versión”