Creo que hay un libro muy interesante para profundizar en cómo la programación neurolingüística puede ayudarnos en nuestra vida diaria. Éste es el libro de Anthony Robbins, “Poder sin límites, que recomiendo leer y del que he recopilado algunas ideas para reflexionar:

  • Lo que hacemos en la vida está determinado por la manera en que nos comunicamos con nosotros mismos. Lo que nos representamos y decimos a nosotros mismos, nuestra manera de movernos y de utilizar los músculos de nuestro cuerpo y nuestras expresiones faciales determinará en buena medida la cantidad de los conocimientos que apliquemos.
  • Todos nosotros producimos dos formas de comunicación que configuran nuestras experiencias vitales. En primer lugar, desarrollamos una comunicación interna, que son las cosas que nos representamos, decimos y sentimos en nuestro fuero interno. En segundo lugar, experimentamos la comunicación externa: nos comunicamos por medio de palabras, entonaciones, expresiones faciales, posturas corporales y acciones físicas.
  • Todas las comunicaciones ejercen algún tipo de efecto sobre nosotros mismos y sobre los demás. Es interesante, por tanto, tomar conciencia de la importancia de nuestra comunicación, ya que determina, en gran medida, lo que atraemos y, por tanto, lo que conseguimos.

Según Robbins, existen siete rasgos fundamentales que identifican a los triunfadores, que consiguen lo que quieren conseguir en la vida:

1.- La pasión: Descubrir una razón que te da energía, que casi te puede obsesionar, y que te impulsa a obrar, a progresar, a destacar. No se alcanza la grandeza sin una pasión por ser y hacer algo grande, es lo que desata tu fuerza interior.

2.- La fé: Son las creencias lo que distingue principalmente a quienes destacan en algo grande de quienes fracasan, ya que nuestra fe en lo que somos y en lo que podemos llegar a ser determina con bastante exactitud lo que seremos.

3.- La estrategia: Es la forma inteligente de organizar los recursos. La pasión y la fé son el impulso que lleva a la excelencia, pero no bastan por sí sólos. Además de esta fuerza se necesita un sentido, una noción inteligente de progresión lógica.

4.- La claridad de los valores: Son los juicios fundamentales de orden ético, moral y práctico que formulamos acerca de lo que realmente importa. Son sistemas de creencias que nos sirven para juzgar lo que está bien y lo que está mal en nuestras vidas, son nuestros juicios acerca de lo que vale la pena.

5.- La energía: A la excelencia difícilmente se llega paseando a ritmo demasiado sosegado. El triunfo es inseparable de la energía física, intelectual y psíquica que se necesita para sacar el máximo de nuestras posibilidades.

6.- Poder de adhesión: Es un talento para conectar y establecer relaciones con las demás personas, cualesquiera que sean sus orígenes sociales y sus creencias. Es la cualidad de poder crear lazos con las personas que les rodean.

7.- Maestría en las comunicaciones: El modo en que nos comunicamos con otros y con nosotros mismos determinan la calidad de nuestra vida. Las personas que tienen éxito han aprendido a aceptar cualquier desafío que les presente la vida y a comunicar esa experiencia consigo mismos de forma que logran cambiar las cosas a mejor. Es la capacidad de transmitir una visión, una búsqueda, una alegría o una misión.

¿Cuáles de estos rasgos son tus fortalezas? ¿En cuáles eliges apoyarte? ¿Qué otros te gustaría desarrollar? 

4 comentarios

  1. Me ha encantado tu artículo como siempre, me siento muy identificada tanto en mis puntos fuertes como en los débiles. siempre dan que pensar tus lecturas .

  2. Estimada Noelia, yo añadiría sentido de trascendencia, un sentido de vida que asegura que después de tu muerte, tu obra, tus ideas, tus valores pasaran de generación en generación con la esperanza de una mejor sociedad, de un mundo mejor, existe mucho liderazgo individualista sin una verdadera visión de trascendencia. Te felicito por tu artículo, que tengas un buen día.

  3. Muchísimas gracias por tu aportación, Ricardo, qué interesante y bonita reflexión.. Estoy totalmente de acuerdo en que ese sentido de trascendencia, el tener clara nuestra misión, nuestro «para qué» en la vida es lo que caracteriza al verdadero liderazgo contributivo y visionario. ¡Gracias por compartirlo!

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