El coaching es básicamente un proceso de aprendizaje y toma de responsabilidades, que se genera a partir de una transformación personal. ¿Y el coaching para coaches? ¿Qué funciones tiene el supervisor en este caso? Para hablar de ello me gustaría recomendar, en esta ocasión, la lectura de “Coaching para Coaches”, un libro de Leonardo Wolk, (autor además del interesante libro “El Arte de Soplar las Brasas”, uno de los libros más vendidos de coaching). En el libro “Coaching para Coaches”, Leonardo Wolk trata la teoría y la práctica de la supervisión en los coaches.
Qué es el coaching para coaches
Según Wolk, «el coaching es un proceso de aprendizaje, transformacional y de asunción de responsabilidad». Se refiere a que es un proceso de aprendizaje, que posibilita expandir la capacidad de acción efectiva de un individuo, de un equipo o una organización.
En el proceso de coaching se busca obtener resultados diferentes. Poder hacer hoy lo que ayer no sabía o no podía hacer. Este aprendizaje parte de una transformación personal.
El rol del coach
«El coaching es como un proceso alquímico y el coach un alquimista», comenta Wolk. Hay que observar de forma diferente, para poder llegar a resultados también diferentes respecto a los actuales, y muchas veces extraordinarios.
El rol del coach como provocador y facilitador de este proceso es algo crítico, ya que establece las condiciones y recursos necesarios para que los individuos sean gestores de sí mismos. El coach facilita que se creen las condiciones óptimas, acompañando a la persona en su desarrollo de las propias capacidades. Asimismo, el coach necesita tener conciencia de sus aciertos y también de sus errores para ser capaz de corregirlos.
El coach necesita precisar las interpretaciones que hace del coachee y sus problemas, incrementar su capacidad de escucha y observación, revisar de forma crítica sus intervenciones y recibir feedback. En definitiva, el coach necesita seguir aprendiendo.
Este es el rol que desempeña un supervisor, el acompañar al coach en su propio desarrollo y autoobservación para seguir mejorando y evolucionando en su misión.
Las funciones del coach supervisor
- Escuchar y observar activamente.
- Contener y sostener la ansiedad del coach.
- Revisar las intervenciones, indagando en el área verbal, corporal y emocional.
- Ofrecer feedback, (retroalimentación), plantear discrepancias/alternativas, diseñar acciones, investigar los sentimientos del coach y sus intervenciones.
- Proveer información, sugerir herramientas y/o técnicas.
- Profundizar en la exploración, comprensión e interpretación.
- Chequear la coherencia de las intervenciones del coach.
- Reflexionar sobre aspectos éticos.
El objetivo principal de la supervisión es profundizar y expandir el conocimiento de sí mismo del coach. Se trabaja en el enfoque en el propio coach, en lo que pasó con el/ella durante la sesión. Se basa en la necesidad de aplicar en nosotros mismos lo que transmitimos a los coachees.
El coach aprende a observarse a sí mismo, a gestionar su propia singularidad y a establecer sus acciones de mejora para conseguir evolucionar en su rol.