pensamiento autocrítico


El pensamiento autocrítico es una competencia de inteligencia intrapersonal que muestra la capacidad para reflexionar sobre nuestros propios actos y comportamientos y de juzgarlos para hacer correcciones o eliminar los fallos detectados.

La persona con alto pensamiento crítico realiza de forma periódica un ejercicio de introspección para evaluar el impacto de sus acciones y hace ajustes en su comportamiento en base a esos análisis. Del mismo modo acepta de buen talante las observaciones y críticas de los demás, implementando acciones para mejorar y está dispuesto a disculparse con los demás o a reconocer cuando ha cometido un error u ofensa.

Pensamiento autocrítico: dos tipos de autocrítica

En este sentido, se pueden diferenciar dos tipos de autocrítica: la positiva y la negativa.

Pensamiento autocrítico positivo

El pensamiento crítico positivo o constructivo nos sirve para algo positivo. Nos hace avanzar, aprender de los errores y mejorar. Nos impulsa a crecer a nosotros y a nuestros equipos y a incorporar el aprendizaje de las experiencias y comportamientos que no han dado los resultados que queríamos.

Así, en el pensamiento crítico constructivo nos enfocamos en la conducta y el impacto o resultado de esa conducta, evitando juzgar, culpar o avergonzarnos nosotros o a nuestros equipos y cuidando nuestra autoestima o la de nuestros equipos sin dañar. También podemos pensar en opciones o alternativas de comportamiento que puedan ayudar a conseguir los objetivos buscados. Esta competencia de pensamiento crítico positivo está relacionada, por tanto, con otras competencias como la compasión, el desarrollo de otros, la confianza y la orientación al resultado.

Pensamiento autocrítico negativo

Por otro lado, el pensamiento crítico negativo implica la crítica destructiva, que no sirve para nada útil, sino para ridiculizar o paralizarnos. Este caso se suele caracterizar por usar un lenguaje despectivo, que generaliza el comportamiento asociándolo con la valía de la persona, con un lenguaje negativo, duro o que no impulsa ni a la mejora ni a la acción, sin ofrecer opciones realistas ni ayudar de forma comprensiva.

¿CÓMO PUEDO IR ENTRENANDO MI PENSAMIENTO AUTOCRÍTICO?

Analiza un conflicto en el que estés inmerso

• Piensa en alguna situación compleja o conflicto en el que estés inmerso/a. Reflexiona sobre tu actuación en ese proceso e identifica y escribe en una columna lo que consideras que has hecho bien, que han sido acciones que has realizado que han ayudado a avanzar o han tenido impacto positivo en la situación. En la columna de al lado escribe qué acciones has realizado que no han tenido el impacto o resultado que esperabas, y que no han resultado positivas para los demás.

¿Qué identificas que podrías haber hecho mejor?

¿Qué sería mejorable, el fondo o las formas que has utilizado?

¿Cómo se te ocurre que podrías tener un mejor resultado la próxima vez?

¿Qué quieres hacer diferente a partir de ahora?

¿De qué te das cuenta con esta reflexión?

Reflexiona sobre las criticas

• Reflexiona cómo sueles reaccionar a las críticas que recibes en tu día a día profesional.

¿Qué te dices a ti mismo/a en esas situaciones en que no obtienes los resultados que esperas?

¿Utilizas un lenguaje amable, comprensivo y confiando en tu capacidad para mejorar?

¿Utilizas por el contrario un lenguaje muy duro y autoexigente contigo mismo/a?

Es importante tomar conciencia de cuál es tu lenguaje interno, ya que una excesiva autocritica destructiva tiene efectos devastadores para nosotros, podemos sufrir ansiedad, angustia, ira, baja autoestima o sentimientos de fracaso. Cuida y presta atención a tu narrativa interna.

Críticas a otras personas

• Así, reflexiona también cómo realizas las críticas a otras personas o a tus colaboradores.

¿Tu finalidad es ofrecerles el feedback para que puedan desarrollarse y mejorar?

¿Utilizas un lenguaje en el que queda clara esa finalidad?

Como líder de un equipo recuerda estos puntos para realizar una crítica constructiva eficaz:

o Enfócate en el comportamiento concreto que la persona pueda corregir, compartiendo con ella el impacto que tiene sobre ti o sobre otros su comportamiento y cómo te sientes ante eso.
o Define unos objetivos realistas para ayudar a esa persona en su desarrollo.
o Escoge un momento y lugar adecuado para mantener esa conversación, (en privado).
o Ayuda a buscar alternativas, opciones para mejorar.
o Recuerda el escuchar de forma empática y con compasión las emociones y opiniones de la persona.

“Acuérdate de seguir desarrollando tu talento para alcanzar tu mejor versión”

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