5. QUINTO HÁBITO: Comprende y que te comprendan
La aptitud para la comunicación es la más importante de la vida. Pasamos muchos años aprendiendo a leer y a escribir, incluso a hablar… pero ¿cuánto tiempo pasamos aprendiendo a escuchar? Si queremos influir en los demás lo primero que tenemos que hacer es comprenderles.
Y la clave es nuestra conducta real, lo que fluye de nosotros, no lo que los otros dicen que somos o lo que queremos que los demás piensen que somos, sino realmente el modo en el que los demás nos perciben, lo que irradiamos, lo que comunicamos. Esto es lo que hace que los demás de forma instintiva confíen en nosotros.
Como plantea Stephen Covey en su libro, “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva”, esto supone un cambio de paradigma, ya que normalmente lo que intentamos hacer es que los demás nos comprendan. La mayor parte de las veces no escuchamos para entender, sino para responder. Filtramos lo que escuchamos a través de nuestros paradigmas, a través de nuestra autobiografía. Pero la escucha empática es aquella que realmente hacemos con intención de comprender al otro, con el marco de referencia de la otra persona. Consiste en fijarnos no sólo en las palabras, sino en lo que comunica la otra persona con su lenguaje corporal. No sólo es escuchar con los oídos, sino también con los ojos y con el corazón. Tratar de comprender los sentimientos, los significados más allá de las palabras, para “intuir y sentir” a la otra persona.
Después de cubrir las necesidades de supervivencia física el ser humano necesita cubrir sus necesidades psicológicas: ser comprendido, afirmado, valorado, apreciado. Al escuchar y comprender estamos dando ese “aire psicológico” que la persona necesita y que afecta a todas las áreas de la vida.
Los antiguos griegos tenían una filosofía extraordinaria, ellos hablaban de tres palabras en secuencia:
* Ethos: es la credibilidad personal, la fe que la gente tiene en nuestra integridad y competencia. Es la confianza que inspiramos.
* Pathos: es el lado empático, el sentimiento, significa alinearse con el impulso emocional de la comunicación de la otra persona.
* Logos: es la lógica, la parte razonada de la exposición.
A veces nos centramos sólo en la tercera parte, logos, sin prestar atención a las otras dos. Pero la secuencia considera de forma ordenada las tres partes.
El intentar primero comprender está en nuestro círculo de control, es el enfoque de adentro hacia afuera. Cuando uno realmente escucha acaba dejándose influir. Y ésa es la clave para poder, a su vez, influir en otros. El círculo de influencia se va expandiendo.