La capacidad de integración es una competencia de la inteligencia interpersonal que permite a la persona establecer con facilidad vínculos de socialización entre personas diversas.
Las personas con alta capacidad de integración suelen tender “puentes” de comunicación entre personas, procuran que las personas se sientan cómodas y encuentran puntos en común incluso entre personas desconocidas o aparentemente poco afines para facilitar un clima de diálogo y entendimiento.
La capacidad de integración
Esta competencia está por tanto muy relacionada con la empatía, la comunicación, la adaptabilidad y la gestión de conflictos. Es una competencia muy demandada en los líderes en entornos complejos como los actuales, ya que les permite asimilar diferencias y no sólo respetarlas, sino además aprovecharlas para crear sinergias entre los miembros del equipo y enriquecer de forma más creativa las soluciones o alternativas en proyectos.
Las personas con capacidad de integración fomentan ambientes de trabajo con mayor confianza e implicación de los equipos, dando voz y haciendo partícipes a todos los miembros, incluso a las minorías y favoreciendo el pensamiento crítico y cuestionamiento continuo de ideas.
¿CÓMO IR ENTRENANDO MI CAPACIDAD DE INTEGRACIÓN?
Para entrenar mi capacidad de integración es interesante en primer lugar entender que todas las personas tenemos “sesgos”, o formas subjetivas de interpretar la realidad.
El primer paso es la “toma de conciencia” sobre nuestros sesgos, como comenta Mercè Brey en su libro “Alfas y Omegas”. Todos procesamos la información de dos maneras. Por un lado, de una forma racional y lenta, cuando queremos tomar una decisión y, por otro, también lo hacemos con un mecanismo rápido e intuitivo, que es de donde vienen los sesgos. En esa forma intuitiva de toma de decisiones nos influyen nuestras experiencias anteriores, cultura, las redes sociales, los medios de comunicación.
De todas nuestras decisiones diarias un 95% son intuitivas, aunque parezca lo contrario. Los sesgos hacen que, si no tomamos conciencia de esta idea, tendamos a favorecer o a escuchar sólo las opiniones que provienen de personas más similares a nosotros. Por ello, piensa en situaciones de tu día a día, en tu trabajo. ¿Cuáles son los sesgos que identificas en ti? ¿Qué personas consideras más diferentes a ti en tu equipo o en tu entorno de trabajo? ¿Cómo actúas cuando escuchas las opiniones de esas personas?
Capacidad de integración: toma conciencia
Para desarrollar la capacidad de integración, en los equipos de trabajo es importante dar voz a todas las personas, también a las que pertenecen a minorías por su condición de edad, género, etnia, religión, orientación sexual, etc.
Reflexiona, como líder o como miembro del equipo, cómo puedes escuchar todas las opiniones, creando espacios de conversación en los que garantizar el expresar todas las opiniones. En las reuniones, ¿cómo puedes crear el tiempo y espacio para que todos opinen? ¿Cómo puedes dar la misma oportunidad para que todos se expresen? Algunas veces en las reuniones participan más los más extrovertidos, ¿cómo puedes fomentar la escucha también a las personas tímidas o más reflexivas?
Seguridad psicológica
Como líder, para desarrollar la capacidad de integración debo ser consciente de la importancia de garantizar en el equipo la “seguridad psicológica”, para que las personas se sientan cómodas para expresarse y opinar. Para ello hay tres aspectos importantes que te invito a cuestionarte:
– Confiar en las capacidades de todas las personas del equipo: ¿confío en las capacidades de todos?
– Mostrar respeto por todas las personas, incluir las diferentes “miradas” y aceptar a la persona como ser humano. ¿Cómo muestro respeto por las diferentes personas?
– Tener imparcialidad, ofrecer las mismas oportunidades, reconocer el talento. ¿Soy imparcial?
Y a ti, ¿qué te gustaría añadir o comentar en relación con estas reflexiones sobre la capacidad de integración?
