El emprendedor excelente destaca por la pasión que siente por su visión, que le motiva a la acción, como hemos visto anteriormente y también por el compromiso que le une a su proyecto empresarial, que le hace creer firmemente en su éxito.
Además de lo anterior, el emprendedor excelente dedica tiempo a conocerse a sí mismo, y es consciente de la importancia de esta reflexión para apoyarse en sus fortalezas y poder desarrollar lo que necesita mejorar.
Por tanto, ese “parar y tomar conciencia” es algo que los emprendedores hacen, además, de forma periódica, buscando un espacio de reflexión para:
• Analizar sus fortalezas: las características de su forma de actuar que se le dan bien, que le pueden ayudar a conseguir sus objetivos. Las detecta para después ser capaz de apoyarse en ellas y potenciarlas.
• Conocer sus áreas de mejora. De esta forma puede decidir si quiere desarrollarlas o buscar alternativas o fuentes de ayuda externas en las que poder apoyarse para compensar esas carencias que tiene.
• Identificar sus emociones y aprender a gestionarlas con autocontrol, de forma que le beneficien y que le ayuden en su proyecto.
• Explorar además cuáles son sus creencias, los pensamientos que tiene firmemente arraigados. A partir de esa identificación, elige quedarse con las creencias que le impulsan a la acción, que le sirven de estímulo y apoyo (“siempre consigo lo que me propongo”, “soy capaz de aprender de cada situación” “lo que me ocurre es lo mejor para mí en este momento”). Las creencias que son “limitantes” las intenta transformar en creencias impulsoras.
En esta reflexión sobre sí mismo hay además tres áreas de análisis que los emprendedores llevan a cabo:
1.- Análisis de valores y principios: ¿Qué valores son importantes en mi vida? ¿Cuáles de ellos priorizo? ¿El tipo de vida que llevo actualmente es coherente con este orden de valores? ¿Está mi proyecto empresarial alineado con los valores que son importantes para mí?
2.- Análisis del recorrido: ¿Cuáles han sido mis motivaciones anteriores para los cambios que he hecho en mi vida? ¿Qué he aprendido de las anteriores etapas personales y profesionales que he vivido? ¿Cómo quiero incorporar ese aprendizaje en mi proyecto a partir de ahora? ¿Es coherente este planteamiento con mi proyecto empresarial?
3.- Análisis del objetivo y del plan de acción: ¿Cuáles son las diferentes alternativas que me planteo en este momento? ¿Cuál de ellas me acerca más a mi objetivo? ¿Cómo he definido el plan de acción para conseguir mi objetivo? ¿Está alineado ese plan de acción con mis valores, aprendizaje y fortalezas?
Nos movemos hacia delante y nos transformamos en aquello en lo que pensamos.
¿No es hora de que nos detengamos a pensar en qué pensamos?